07 octubre 2011

Cakes and Ale de W. Somerset Maugham

Terminé Cakes and Ale hace ahora ya unos meses y debo reconocer que apenas se que decir al respecto. Por una parte me pareció un libro inteligente, crítico, irónico, sardónico, divertido y triste a partes iguales, con un par de personajes fantásticos (oh, Rosie) y capaz de recrear, siendo poco insultante o sórdido (a pesar de tener material de sobra para serlo), algunos de los aspectos más curiosos del mundo literario y sus habitantes. Por otra parte, algo en el estilo de W. Somerset Maugham me impidió conectar con la novela, y terminé el libro con algo así como una sensación de vacuidad. Meses después sigo sin saber hacia dónde decantarme mientras que la galería de fantasmas que pueblan Cakes and Ale y el rapapolvo metafórico final de Rosie (oh, preciosa Rosie a la que sencillamente le importa bien poco lo que piensen de ella) me parecieron inteligentes y divertidos, Maugham casi consigue aburrirme en lugar de interesarme.  

Rosie es probablemente la razón por la que me terminé el libro y sólo por ella os lo recomiendo. Y no únicamente por el personaje en sí mismo (es importante notar en una novela como esta) si no por la gran multitud de llagas y egos heridos que provocó en su momento, algo que admiro en Maugham… aunque seguro que lo detestaría si lo hubiera conocido: su uso poco discriminado de lo que tiene a mano para crear un relato, es decir, sus amigos y conocidos (que no es lo mismo)

A destacar: Florence Hardy (la segunda esposa de Thomas Hardy) detestaba la novela, 'there are moments when I want to shake my fists to the sky and shriek aloud with rage', comentaba en una carta al poeta Siegfried Sassoon* (amigo común tanto de Somerset Maugham como de Florence). Y un pequeño resumen de la novela Cakes and Ale: Amy, la segunda esposa del celebrado autor Edward Driffield, en parte responsable y guardiana del mito en que se convirtió su marido, intenta encontrar al autor perfecto para la 'hagiografía' que sellé el destino de Autor (con A mayúscula) de Driffield tras su muerte. Para ello ha de limpiar y sanear los fantasmas en el armario: la temida primera mujer, Rosie. Rosie a la que poco le importan las convenciones de clase, la libre, deliciosa y sexual Rosie, el fantasma depravado y vulgar de toda buena sociedad respetable.

Aquellos que conozcan la historia de Hardy, sabrán que Emma Gifford nunca pudo ser uno de los temas preferidos de Florence, pues Thomas Hardy vivió eternamente marcado por Emma (a pesar de como la trató en vida).

Es dudoso que Maugham conociera a Hardy, pero en sociedades tan incestuosas como las literarias siempre hay cosas que se saben. No parece ser, Maugham uno de aquellos autores a los que levantar heridas le preocupara en exceso, o en todo caso, estaba preparado para capear los temporales que levantaba (aparentemente, el viento soplaba hacía otro lado cuando su vida era la que era sometida al escrutinio público... por supuesto).  

En el fondo, quizás debe de ser todo esto que acabo de explicar otro de los motivos que me incomodan lo suficiente para que, a pesar de todo, el libro no me entusiasme; es decir, que tenga que recurrir a la anécdota externa para encontrar alicientes para terminarme la novela. Nunca conseguí pasar del “no está mal” (con la excepción de Rosie, a la que adoré) y, la verdad, creo que esperaba algo más.  


*Siegfried Sassoon fue uno de los grandes poetas "de guerra" (aquellos poetas que convirtieron el desencanto hacia los conceptos de nación y patria tras los horrores de la primera guerra mundial en su tema principal), a quien recomiendo leer, al mismo tiempo que mentor del mejor de los poetas de su clase, Wilfred Owen, de quien encarecidamente recomiendo Dulce et Decorum Est.

2 comentarios:

  1. Ja, ja, ja ¡Que familiar me resulta esa sensación de no saber que decir de un libro recién leído! Y aun meses después. Épico.

    WSM es en general un autor que me gusta mucho, muchísimo, pero hay dos cosas que tengo claras. Algunas de sus obras (esta no la he leído) no son muy buenas, o al menos simplemente aburren, no te dejan ni asomarte a su interior. Segundo, las impresiones que despierta son diferentes en cada persona. Es un autor peligroso para recomendarlo a nadie. He encontrado quien lo adora, quien lo odia como escritor, quien lo odia por homófobo (este ultimo caso un librero ingles homosexual, que aun así admiraba su manejo del idioma inglés y reconocía leerlo "a veces")

    Me quedo con la mas famosa "el filo de la navaja" , "el velo pintado" y quizá, antes que nada con sus relatos.

    Un saludo.

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  2. jajaja, maravillosa sensación, no?

    ¿homófobo? ¿en serio? ¿siendo activamente bisexual y habiendo tenido más de una relación homosexual? Este hombre debía ser una pesadilla de conocer; en la novela ya ridiculiza a uno de sus mejores amigos, tampoco debería extrañarme que lo fuera. A saber que pensaba de Sassoon!

    Creo que si vuelvo a leerlo será uno de los libros que comentas.

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